Recorrido por comedores barriales

En conjunto con el equipo de Soporte (integrado por docentes e investigadores universitarios y del CONICET, profesionales, técnicos, estudiantes y voluntarios con el fin de resolver problemas sociales de pobreza en forma colaborativa) se realizó una recorrida por distintos barrios vulnerables de la ciudad de Mar del Plata.

El contexto de la pandemia y las diversas medidas de aislamiento impuestas para minimizar los contagios, profundizan la crisis económica en todos los sectores de la comunidad. Los barrios más vulnerables no son la excepción. De hecho, no solo la cadena de suministros de colaboraciones de alimentos se vio afectada, sino que la cantidad de chicos y personas adultas que se acercan a los comedores y merenderos creció exponencialmente durante el último tiempo.

En la ciudad de Mar del Plata se estima que existen cerca de 400 comedores y merenderos. A partir de la pandemia, se crearon los Comités Barriales de Emergencia (CBE) que se distribuyen en 4 zonas: Oeste (donde se ubica la gran mayoría), Suroeste, Norte y Sur. Su misión es brindar un espacio donde convivan las instituciones, organizaciones y comedores del barrio, con el objetivo de articular entre sí, a partir de las políticas de ayuda que se implementen desde el Estado.

También existen organizaciones como el Banco de Alimentos «Manos Solidarias», que hoy asiste a más de 270 comedores y merenderos, a través de la recuperación, selección y distribución de alimentos, mediante un vínculo solidario entre el sector empresarial y donantes particulares, canalizando grandes cantidades de alimentos que, de otro modo, serían desperdiciados.

La situación crítica demostró un espíritu colaborativo por parte de las empresas de la ciudad y de muchos otros sectores e instituciones, pero tenemos bien en claro que solo es un paliativo y que debemos hacer y coordinar mucho más.

 

Gracias al aporte solidario (y sostenido) de una empresa local, se logran complementar las viandas que se entregan a las familias

 

Los CBE reciben donaciones de todo tipo. Actualmente, una constante parece ser la necesidad de mayor cantidad de «alimentos secos» (no perecederos)